Mis 5 recomendaciones para cuando una persona está haciendo frente a problemas personales, situaciones o decisiones difíciles, y no sabe a quién acudir son:
- Considerar a un psicólogo frente a otro profesional. El psicólogo cuenta con mucha más formación y experiencia sobre el comportamiento de las personas y puede prevenir e intervenir más eficazmente la aparición de problemas psicológicos comparado con otros profesionales.
- En cualquier caso, es necesario poder identificar al profesional claramente (esta información debe aparecer en la web). Conviene conocer su nombre, apellidos y número de colegiado (en el caso de psicólogos) y comprobar que está habilitado para ejercer con datos sobre su titulación, formación y experiencia profesional. Si se acompaña de algún sello de garantía o acreditación resulta más seguro para los usuarios.
- Informarse sobre el tipo de “orientación psicológica” que se quiere trabajar. Todos los psicólogos seguimos un método de trabajo determinado según la orientación psicológica (puede ser cognitivo conductual, breve, humanista, psicodimámica, ecléctica…). En general, no hay mejores ni peores orientaciones, son algo así como distintos caminos para un mismo objetivo. Si bien, difieren bastante en la duración de la terapia, temas a tratar, rigor o grado en que las técnicas han sido estudiadas y validadas, etc.
- Es muy recomendable tener información clara sobre las normas de funcionamiento, tarifas y formas de pago antes o durante la primera sesión.
- Escoger siempre a un profesional que cumpla con las recomendaciones éticas y deontológicas. Aquí se debe ser exigente. El terapeuta debe guardar secreto profesional (excepto bajo algunas situaciones específicas contempladas por ley), respetando la confidencialidad y privacidad de los datos personales. Es fundamental fijarse en algunos detalles que indican que el profesional cuida este tema. Por ejemplo, si en la web existe un apartado de “aviso legal” que informe de los derechos del que contrata sus servicios, si durante las sesiones online respeta la privacidad de la estancia en la que se encuentra y no aparecen otras personas, si recomienda conectarse desde conexiones seguras, si protege el historial clínico en carpetas para evitar que la información pueda ser vista por otros, si al enviarle un correo incluye en el pie de página información legal, si se permite ejercer los derechos de aceptar o cancelar el envío de publicidad…
Estos cinco puntos son los pilares básicos para evitar una experiencia desagradable cuando se comienza un tratamiento psicológico online. Si bien, no sustituyen la importancia de la calidad de la relación (alianza) con el profesional, que debe ser en todo caso amable, cercana y respetuosa con las personas y sus experiencias.
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