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¿Por qué los profesionales sanitarios son más vulnerables al estrés?

La crisis del COVID-19 somete a los profesionales sanitarios a un gran estrés.

Tienen una demanda altísima (trabajo intenso durante horas, guardias, vigilancia extrema para no contagiarse, pacientes con clínica complicados, noticias de que aumentarán los casos, incertidumbre, protocolos nuevos, decisiones frecuentes… ).

A esto se le suma la falta real y percibida de recursos para afrontar la situación (falta de equipos de protección, bajas de compañeros, prisas y poco tiempo para reflexionar, falta de camas y espacios), el desgaste emocional puede ser tremendamente alto. 

Toda esta situación puede llevar al sanitario/a a sentirse sobrepasado/a, con menor sensación de control sobre su trabajo, dificultad de concentración, agotamiento, insomnio, frustración entre muchas otras reacciones típicas.

Si el profesional se mantiene bajo estas condiciones, es muy probable que baje el rendimiento, se enlentezca la toma de decisiones y se comentan más errores. En esta situación, la situación epidémica se vuelve más incontrolable.

Cabe tener en cuenta que el profesional se encuentra bajo un contexto amenazante que influye en sus capacidades emocionales y cognitivas. De hecho, se ha demostrado que son las medidas contextuales y organizacionales las que más moderan un proceso de burnout o agotamiento emocional.

No obstante, un buen afrontamiento psicológico y otras variables personales pueden moderar este efecto, para lo que aquí expongo aquellas que típicamente se entrenan en terapia psicológica. 

¿Qué puedes hacer como personal sanitario (médico, enfermero/a, auxiliar, celador, administrativo/a…) después de dos semanas trabajando sin parar?

  • En primer lugar, y muy importante, saca tiempo para descansar. El descanso es el mejor amigo para recuperar las fuerzas y bajar los niveles de activación. Una serie, charla distendida, sueño, ducha relajante y ejercicio suave están al alcance de todos y de forma sencilla pueden facilitarlo.
  • Evita la sobreinformación. Aunque al salir de trabajar, se vuelva a estar expuesto al mismo tema del COVID-19 (los familiares y amigos preguntan al médico más cercano siempre), orienta las conversaciones a otros temas valiosos, satisfactorios y distendidos.
  • Valora cuáles son tus mayores estresores, así como las actuaciones que puedan paliar su impacto y mejorar la situación.
  • Habla con personas de confianza sobre las emociones y sentimientos fuera y dentro de tu trabajo. Seguro que te reconforta, se ha demostrado que intercambiar impresiones y emociones tiene un efecto reconfortante.
  • Prioriza y organizarte. Además, si es necesario comunícalo a los demás para que faciliten en lo posible que estés cambiando de tarea constantemente.
  • Recuérdate y refuérzate por ir paso a paso. 
  • Orienta tu atención a lo que SÍ puedes hacer. Por supuesto, habrá otras cosas que no se puedan modificar, pero se puede aprender y entrenarse a déjalo estar.
  • Aprende alguna técnica de relajación. Preguntanos a los psicólogos, te las podemos enseñar o incluso recomendar aplicaciones (ahora hay una gran disponibilidad de apps que las entrenan siguiendo los criterios científicos) que guíen tu práctica.
  • Por supuesto, apóyate de los compañeros que presenten más energía en ese momento, ríe y recompénsate por lo que haces y sale bien.

Si necesitas en estos momentos complicados mayor apoyo individualizado estoy para ayudarte online. Cuidarte para cuidar, recuérdalo. Mucha fuerza para estos días y salud para todos/as.