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Si notas malestar, cansancio, desmotivación, tristeza, irritabilidad, nerviosismo, insomnio o molestias estomacales… lo más probable es que se deba (una vez más) al fin de las vacaciones y a la anticipación del trabajo o rutina. Este conocido “síndrome postvacacional” es una reacción muy normal y no suele durar más de dos semanas, por lo que no cabe alarmarse.

La buena noticia, es que ofrece una oportunidad única para marcar la diferencia y prevenir el malestar. Y como en la mayoría de las situaciones, dependerá de tu actitud.

¿Significa convencernos de ver “todo color de rosa”? ¿No supone un gran esfuerzo? ¿No es solo teoría? No, no y no. Se trata de aprender a pensar de forma realista, sobre cosas casi insignificantes y cotidianas que en conjunto tienen un gran poder de transformarnos. A menudo son opciones rápidas, fáciles y con efectos inmediatos. Si lo practicas, más formará parte de lo normal y no supondrá un gran esfuerzo, sino que será algo automático y estimulante. Veamos:

¿Cómo puedes hacer que estos días de retomar las obligaciones cotidianas sean tan buenos como los de antes? ¿Cómo puedes aumentar tu bienestar?

Por ejemplo, te puede ayudar…:

  1. Adaptarte a los nuevos ritmos de forma anticipada y relajada. Programar la vuelta al menos dos o tres días antes y recuperar tu horario habitual de sueño y comidas, reincorporarte a media semana al trabajo…
  2. Desmitificar: ni las vacaciones son tan “maravillosas” ni la vuelta tan “horrible” (siempre y cuando lo que vayas a hacer te motive y te sientas reconocido). Y recuerda que hay otros fines de semana, festivos y puentes esperándote!
  3. Aprovechar la inercia y energía para afrontar nuevos retos personales y laborales. Y si no es posible marcar tus propios ritmos como antes, disfruta de la mirada fresca y renovada en cada tarea que comienzas.
  4. Retomar de forma gradual las tareas. Es importante priorizar las tareas y empezar por lo más agradable y sencillo. Ten en cuenta que seguramente no seas tan productivo ya que tu rendimiento y concentración al principio no va ser óptimo. Descansa a menudo = energía
  5. Potenciar la vida social y familiar. No te regodees en el malestar por la vuelta y ejercita el humor más que nunca, sal a tomar algo o practica ejercicio moderado…Por cierto, ¿has hecho algo agradable en tus vacaciones que puedas continuar haciendo?

Ahora:

¿Qué se te ocurre hacer hoy que marque la diferencia? ¿Qué puedes perder?

¡Emprende al menos una acción! ¡Ya!

Te invito a comentar con nosotros alguna actitud (o acción) propia que te ayude a mejorar tu vuelta a la rutina, así como tus experiencias y opiniones. ¡Gracias!